Los muertos se enterraban con fardos funerarios en los que incluían redes,
camisas, gorros y utensilios varios como cuchillos, flautas, agujas y estacas.
El difunto estaba sujetado con una estaca al terreno, dado que creían que podía
moverse del lugar.
Aproximadamente en el 2,000 a.C
se comenzó a usar el algodón y entre 1,850 y 1,625 a.C. se manifestó un
crecimiento demográfico importante que motivó el incremento de la agricultura e
impulsó la construcción de centros ceremoniales y administrativos en diferentes
zonas de su área de influencia.
Utilizaban las fibras vegetales
para tejer sus "warakas" y elaboraban preciosos bastones ceremoniales
en maderas duras como la "chonta", oriunda de la selva. Hilaban con
husos o "puskas", utilizando fibras de algodón o de camélidos (llama,
alpaca, vicuña), de excelente finura y calidad, confeccionando con ellos, en la
etapa llamada "Cavernas"
En la etapa llamada
"Necrópolis" (300 a.C. - 200 a.C.) adquiere mayor importancia el
bordado con el cual cubrían totalmente la tela básica de algodón, como puede
verse en los famosos mantos de esa época.
Las agujas se obtenían perforando
espinas de cactus y se conservaban en estuches de cañas, colocándolas de esta
manera en las tumbas.
Aquí tenmos unas imágenes de los fardos funerarios: